Cuentos post-morales II

abril 23, 2008 at 9:32 pm (Antisistema, Arte, Contracultura, General, Literatura, Poesia)

Había una vez, un insignificante pececillo en una pecera pequeña. Tanto era así que cruzarla de punta a punta no le llevaba más de cinco aletazos. Sus días pasaban recorriendo el líquido camino una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. Pronto la penumbra fue cubriendo su limitada vida, sabiendo además con certeza, que moriría si saltaba fuera. Un día pensó, que si el camino constara de seis aletazos, su vida cambiaría por completo. Así que a mitad del camino, dio una voltereta, sumándole así el sexto; al volver, hizo lo mismo. Pasó el tiempo, disfrutó de su nuevo espacio, y más tarde la melancolía volvió. Entonces a su camino, le añadió dos volteretas. Ya eran siete pasos. El insignificante pececillo, había encontrado la respuesta. El tiempo pasó, el pececillo hacía ya toda clase de extravagantes piruetas. Tan graciosas eran, que sus dueños, impresionados por su talento, lo exhibieron al mundo. El mundo pagó bien el espectáculo. Algunos, sin embargo, se sentían apenados por el triste destino del pececillo. Actuaron. Una noche, entraron en la casa, sacaron al pececillo de la pecera, y lo arrojaron al mar. El pececillo sólo tenía una certeza en su limitada vida. Murió en cuanto se sumergió.

1 comentario

  1. Cuentos Post-morales said,

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